Hay que animar a nuestros niños hacia la lectura, para ello es necesario tomar en consideración ciertos aspectos para lograrlo de manera efectiva.
La animación a la lectura es algo que necesita de nuestra acción . Se trata de conseguir que cualquier texto, por naturaleza inanimado,
se convierta en algo "vivo" para el niño. Ya Rodari, al considerar el
libro como juguete, no le estaba restando importancia, sino que estaba
haciéndonos una llamada de atención para que comprendiéramos que era preciso
despertarlo a la vida convertido en objeto e instrumento de ésta. ¡Cómo? Muy
sencillo. Basta con tener en cuenta lo que hace el niño con sus juguetes,
animarlos con su imaginación. De este modo, esos "objetos muertos"
cobran vida y significado para él: el muñeco es un niño de verdad que llora y
se pone malo, la caja de cartón –que antes de que el niño la descubriera no era
"nada"– ahora es su coche o su casa… Y, otra cosa muy importante,
observamos cómo, a partir de una relación lúdica, el niño establece una
relación afectiva con ellos. Los juguetes son, pues, un excelente medio para el
cultivo de su imaginación y un medio d expresión de sí mismo y de
interpretación del mundo.